¡Hasta pronto!

 Yo iba a hacer aquí una despedida, no sé si definitiva o temporal. Algo así del rollo de "ha sido muy guay esto de crear un blog e ir nutriéndolo poco a poco (parece que estoy hablando de un bebé) y blablabla. Pero mira, como me parecía una entrada vacía de contenido, y, porque no decirlo, un peñazo, he decidido que mi entrada número 20 debía ser algo más entretenido. 

Así que olvidémonos de que esta podría (o no) ser la última entrada de este blog y pasemos a hablar de lo que he decidido contaros hoy. 

Aprovechando que en mi última entrada hablé de que soy un poco hipocondriaca y que en épocas de examen eso más que sumar, resta y mucho, he decido hablaros precisamente de eso, de la hipocondría. 

Para empezar por el principio, ¿qué es la hipocondría? La hipocondría o hipocondriasis es una enfermedad por la que el paciente cree —de forma infundada— que padece alguna enfermedad grave. Básicamente es la preocupación o el miedo a tener una enfermedad grave, basado en diagnósticos y juicios propios y que incluso, sabiendo de la mano de un profesional de la salud que no padeces tal enfermedad, dudas de ello y buscas una segunda opinión profesional. 

No os voy a contar la de veces que me he pensado que tenía COVID en este último año y pico, ni lo desgastado que tengo el termómetro, pero os podéis hacer una idea. 

Os voy a dejar por aquí y por aquí un par de artículo sobre el tema que a mí me han resultado interesantes y con esto me voy.

Espero que esta experiencia haya gustado tanto al lector como a mí, que estoy al otro lado de la pantalla.

See you later, alligator!