La profesión docente, ¿qué es eso? ¿se come?

 Hoy, en este post, vengo a ilustraros sobre algo que yo no sabía que existía: los Libros Blancos. 

Para los que estéis tan verdes como yo os diré que un Libro Blanco es un documento técnico, publicado por los gobiernos, que contiene propuestas de acciones en un determinado campo, para ayudar a comprender un ámbito o situación específicos. 

Hay gran cantidad de Libros Blancos, para muchas profesiones, actividades, etc., pero yo voy a hablaros del que me concierne: el Libro Blanco de la profesión docente y su entorno escolar.

Para daros un poco de contexto, este Libro Blanco es encargado por el Ministerio de Educación en 2015 al filósofo José Antonio Marina que, junto Carmen Pellicer y Jesús Manso, se encarga de su elaboración.

Este documento contiene, entre otras cosas, veinte (nada más y nada menos) propuestas de mejora de la Profesión docente. Por no convertir esta entrada en una mera enumeración, os voy a dejar por aquí un enlace a un resumen de estas veinte propuestas, para los que os interese indagar más allá. 

--> Resumen ejecutivo del Libro Blanco de la profesión docente y su entorno escolar.

Este documento pone el foco en los docentes como elemento de cambio para mejorar la educación, pero, ¿se puede cambiar la educación así?

Yo digo NO.  No se puede pretender cambiar un sistema entero cambiando un sólo elemento. 

Si se te estropea un reloj, no puedes cambiar sólo un engranaje y esperar que el resto se arreglen solos con ayuda de dicho engranaje nuevo. No, tienen que cambiarlos todo, o muchos de ellos. Con la educación pasa lo mismo. No por formar mejores profesores la educación va a mejorar de cero a cien. Debería realizarse un cambio o mejora en todos los elementos que forman el sistema educativo, no sólo en los docentes. El cambio o es integral, o no será. Y sobre todo, no se puede pretender realizar cambios en la educación y en la profesión docente sin consenso o sin darles ni voz ni voto a ellos, a los profesores. 

Este documento tiene buenas ideas de mejora, pero debe la mejora de la educación debe ir más allá. Por quedarme con una de las veinte propuestas, me quedo con la sexta, que trata de que para una mejor educación deberíamos atraer hacia ella a las personas más competentes y comprometidas, ya que cuando se trata de educación creo que es primordial que se le ponga empeño, que sea algo vocacional y que se sea apto para ello. Como ya vengo diciendo desde anteriores entradas, si trabajas de algo que te gusta y se te da bien, lo haces mejor y aquellos a los que se dirige tu trabajo lo notan, porque reciben mejor lo que tu trabajo les aporta, y esto en el sistema educativo es muy importante, ya que aquellos a quienes va dirigido tu trabajo (los alumnos) formarán el futuro.