Homenaje a un buen profesor (o a varios, para ser más concretos).

Por si aún no os habéis dado cuenta, me cuenta bastante decantarme por una sola cosa. No se me da bien eso de escoger "el mejor" o "el preferido" de algo, soy más de escoger unos poquitos mejores o preferidos. 

Partiendo de esa base, imagino que podréis entender que cuando se me pide hablar del mejor profesor o profesora o del que me ha marcado más o me ha condicionado más para llegar hasta aquí, se me hace un poco complicado hablar de uno sólo, así que he decidido que os voy a hablar de tres grandes ejemplos de buenos profesores que he tenido a lo largo de mis distintas etapas formativas.

Vamos a empezar por el principio: infantil. 



Puede que os sorprenda que recuerde cosas de aquella época tan lejana de mi vida, puede ser que recuerde más lo que se me ha contado que lo que realmente fue, pero recuerdo con gran cariño y admiración a mi profesor de infantil. 

Es probable que mi memoria esté sesgada, pero sólo tengo buenos recuerdos de ese profesor (si excluimos mis castigos de cara a la pared por no parar de hablar en clase, claro). A lo largo de estas semanas en el MUPES nos han remarcado varias veces lo importante que es que un profesor sepa ver las diferentes capacidades y habilidades de sus alumnos y reforzarlas, ayudarles a que las aumenten. Dicho profesor de primaria sabía hacer esto como algo innato. En la clase teníamos todo tipo de materiales para fomentar todo tipo de intereses, ya te gustaran los libros, las artes, construir cosas y un larga cantidad de opciones. 

De infantil salí sabiendo qué me gustaba y qué se me daba bien y eso se lo debo a el primer buen profesor que se cruzó en mi vida.

Continuando en la educación obligatoria llegamos a primaria.



La verdad es que escoger a un sólo profesor de primaria como referente me resulta complicado, ya que tuve la suerte de tener muy buenos profesores en esta etapa educativa, pero como no puedo tirarme aquí cuarenta horas hablándoos de todos ellos me quedaré con una, de la que tengo especial buen recuerdo. 

Esta profesora fue la última tutora que tuve en primaria y destacaría de ella su polivalencia, cómo no sólo me enseñó conocimientos, sino que me enseñó a ser, y todo esto lo hizo con afecto, normas y empatía, mucha empatía. 

Creo que esta profesora es de esos profesores en peligro de extinción que te tratan más como a un hijo que como a un alumno y te guían lo mejor que les permiten sus capacidades. Quizá también la recuerdo con especial apego ya que durante esa última etapa de primaria tuve la mala suerte de romperme los dientes (literalmente) saltando a la comba (una que es poco torpe y tal) en el colegio y esta profesora me dio el trato más humano posible. 

Para finalizar este viaje down memory lane vamos a secundaria.



Aquí, como no podía faltar, voy a volver a hablar de la profesora que me hizo querer llegar a ser profesora aunque yo aún no lo sabía. 

Como diría una amiga mía, esta profesora era una de esas profesoras todo-terreno, de esas a las que les gusta su materia y enseñar a la vez, con todas las cualidades que te hacen ser buen profesor.

De aquí me llevé mi pasión por la biología y mi interés en la docencia y acabé llegando al hoy, aquí, donde estoy, en proceso de convertirme en una profesora yo misma. 

Comentarios

  1. A mi también me pasa eso de escoger unos poquitos preferidos, casi todos los profesores que me han dado clase tienen algo que destacar seguro.

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  2. Todas las personas tienen algo que aportar, la inteligencia es encontrarlo

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    1. Sí, supongo que en el fondo siempre se puede aprender algo, aunque sea aprender qué no hacer

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  3. Todas personas tienen algo de lo que aprender, lo inteligente es encontrarlo

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  4. En mi caso no he tenido ningún profesor que me haya marcado fuertemente, tengo envidia sana como se suele decir!😊😊

    Mi ejemplo de profesora ha sido mi madre, la que nunca ha dejado de confiar en mi y se sentaba conmigo en sus tiempos libres para hacerme entender bien lo que en clase no acababa de entender.

    Me ha encantado la entrada!

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    1. Bueno, en este caso tu madre ha sido tu ejemplo de educadora, igual no era tu profesora formal, pero era tu profe de vida, que es incluso mejor.

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