Hablemos de descentralización educativa y educar en casa.

Hoy quiero hablaros de una modalidad educativa que en España a día de hoy está un poco en la zona gris de la educación (vaya, que está en tierra de nadie) y es poco conocida: el homeschooling o educar en casa. 

Pero como siempre hay que empezar por los cimientos para formar una casa, os voy a contar por qué hablar del homeschooling viene a cuento. 

La descentralización educativa.


Para ponernos un poco en materia, la descentralización educativa es el reparto de poderes en cuestiones educativas, definir quién decide qué. 

En España la descentralización educativa es una realidad, el 60% de la toma de decisiones la lleva a cabo la Administración y el 40% restante le compete al centro (en comunidades autónomas con lenguas cooficiales el reparto de la toma de decisiones es 50-50).

Cómo os podéis imaginar hay fieles defensores de esto, así como detractores. Yo me voy a decantar por dejaros aquí las ventajas y desventajas que la descentralización educativa presenta de la manera más neutra posible, para que ya cada uno pueda hacer su propio juicio al respecto. 

Cómo defensa a la descentralización, la mayor ventaja que se remarca es que al dejar que la toma de decisiones se haga en gran parte por el centro, de manera local, se pueden abordar mejor las necesidades educativas de cada centro, pero manteniendo siempre unos estándares de educación, que son aquellos fijados por la Administración. Es decir, este reparto beneficia a los estudiantes de manera que al aportar la Administración una guía, tienen unos mínimos asegurados, pero al dejar cierta parte de la decisión a los centros, éstos podrán adaptar la educación a las necesidades que tengan de manera local, pudiendo realizar una educación más específica, más adaptada. 

Como desventaja tenemos algo muy evidente: al repartir la toma de decisiones entre en gobierno nacional, el autonómico y el centro se crean desigualdades entre los distintos centro, dentro del territorio español y dentro de las comunidades. La diversidad es buena, pero también puede generar desigualdad. 

Educar en casa.


A colación de lo anteriormente aquí expuesto, vengo a hablaros de una alternativa que es España no está muy presente, pero que es una posibilidad: la educación en casa. El nombre lo define lo suficientemente claro: consiste en una modalidad educativa en la que se educa en las principales competencias a un niño en su casa (mayoritariamente es uno de los padres el que ejerce la función del docente). 

Y os preguntaréis, ¿cuáles son esas competencias básicas? No temáis, yo estoy aquí para resolveros vuestras dudas. Las competencias básicas en educación son las 8 siguientes:

  1. Competencia en lectoescritura = comunicación lingüística.
  2. Competencia plurilingüe.
  3. Competencia en matemáticas, ciencias, tecnología e ingeniería. 
  4. Competencia digital.
  5. Competencia personal, social y de aprender a aprender. 
  6. Competencia ciudadana. 
  7. Competencia emprendedora.
  8. Competencia en conciencia y expresiones culturales.
Éstas son las competencias que teóricamente tenemos que adquirir de nuestro paso por el sistema educativo, lo que es debatible cuanto menos es que esta teoría se lleve a la práctica en todos los centros. De aquí que algunos padres se puedan llegar a plantear la educación en casa como una alternativa. 
El homeschooling, como todo, también tiene su parte positiva y su parte negativa. 
Como lado positivo, al educar en casa, la parte pedagógica de la educación está más representada, pero como contrapunto, la parte social está menos representada. Un niño, en el colegio, también aprende a relacionarse con sus iguales, al educarle en casa, pierde esta parte social de la educación, aunque cierto es que mediante actividades extraescolares, por ejemplo, podría suplir un poco esta carencia. 
Los defensores del homescholing vienen un poco a remarcar que la educación debe ser obligatoria, pero la escolarización igual no debería serlo.
En mi opinión es una opción idílica pero utópica. En la sociedad actuar, poder darse el lujo de educar a un hijo en casa es cuanto menos complicado. 


Comentarios

  1. El tema de la descentralización o no es bastante difícil, y últimamente se pide mucho una centralización de las pruebas de selectividad que no se hasta que punto beneficiaría o no.
    Totalmente de acuerdo con que la conciliación para educar un hijo en casa es utópica y además requiere de mucho esfuerzo y compromiso, a parte de muchas carencias sociales que pueden afectar a los niños negativamente.

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    1. No voy a empezar con el tema de una selectividad única porque entonces no acabo. Sólo voy a decir que antes de tener una prueba única de entrada a la universidad tenemos que tener una única educación, no 21 distintas. No se puede pedir que todos hagamos una misma prueba cuando no a todos se los dan los mismos niveles de educación. Y no sigo porque me enervo, sorry por el discurso.

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  2. La descentralización educativa y más concretamente la visión partidista de la educación en ciertas autonomías (todas, aunque es obvio que algunas destacan) llevará a un disgusto a nuestra nación. Exceptuando los apartados de conocer mejor tu región es vergonzoso como ciertos libros de historia manipulan los relatos para afianzar una idea concreta. Más necesario que una selectividad común se requiere una educación común.

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    1. Sí, cómo contestaba al anterior comentario, el primer paso para una mayor unidad educativa es una educación única y común (con sus matices de adaptación a cada centro y su entorno)

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  3. Respecto a la formación en casa de los alumnos, creo que debe quedar a la decisión propia de los padres, siempre asegurando unas competencias educativas mínimas, un niño educado en casa no necesariamente tiene que ser menos social.

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    1. Bueno, si el niño tiene otros canales de socialización está claro que puede nutrirse también de este tipo de educación, pero primero debería haber alguna estructura para dar pie a la educación en casa en nuestro país...

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